Cuando pensamos en instalar un sistema de videovigilancia, una de las primeras decisiones que tenemos que tomar es si optar por cámaras WiFi o cámaras con cable. Cada opción tiene sus ventajas y desventajas, y la elección depende de tus necesidades específicas. En este artículo te contamos de manera simple cuáles son las diferencias principales para ayudarte a decidir.
Conectividad y facilidad de instalación
- Cámaras inalámbricas: Se conectan a través de la red inalámbrica de tu casa o negocio. Son fáciles de instalar porque no necesitan cables de red ni de energía si son modelos a batería. Solo requieren configurarse vía app o software.
- Cámaras cableadas: Requieren cables físicos para conectarse a un grabador o equipo central, como un DVR o un NVR. Esto implica pasar cableado a través de paredes, techos o canaletas, lo que puede llevar más tiempo y necesitar ayuda profesional. Sin embargo, este tipo de conexión ofrece una estabilidad mucho mayor, ideal para sistemas de seguridad que necesitan grabar de manera continua y sin interrupciones.
Calidad de señal y estabilidad
- Cámaras WiFi: La calidad de la señal puede verse afectada por la distancia al router, la cantidad de paredes u obstáculos físicos, o interferencias provocadas por otros dispositivos inalámbricos. En ambientes con mucho tráfico de red o múltiples conexiones simultáneas, las cámaras WiFi pueden sufrir cortes, demoras en la transmisión de video o pérdida momentánea de la imagen, lo que puede afectar el monitoreo en tiempo real.
- Cámaras cableadas: Brindan una conexión constante y segura. No dependen del estado de la red WiFi y son ideales para grabaciones continuas, monitoreo de alta calidad y vigilancia en lugares con áreas grandes o con mucha interferencia electromagnética.
Seguridad
- Cámaras WiFi: La seguridad depende de la configuración de tu red inalámbrica. Es importante usar contraseñas fuertes y actualizar el firmware de la cámara y del router regularmente. De lo contrario, podrías quedar expuesto a accesos no autorizados, robos de información o incluso al control remoto de tus dispositivos por parte de terceros. Mantener buenas prácticas de seguridad es clave para proteger tanto tus datos como tu privacidad.
- Cámaras cableadas: Al estar físicamente conectadas, son más difíciles de interceptar. Además, las grabaciones suelen almacenarse localmente, lo que reduce el riesgo de ataques externos. Ideal si buscás el máximo nivel de privacidad y control sobre tus datos.
Costo
- Cámaras WiFi: Suelen ser más económicas en instalación, ya que evitás gastos de cableado y mano de obra especializada. También permiten empezar con una inversión más baja si solo querés cubrir un área pequeña.
- Cámaras cableadas: El costo inicial es más alto debido a los materiales y la instalación, ya que se necesitan cables de red (como cable UTP o coaxial), fuentes de alimentación, conectores, canaletas o tubos para protección de cableado, y en algunos casos herramientas como taladros o clips de fijación. Además, suele requerirse mano de obra especializada para realizar un trabajo prolijo y seguro. Sin embargo, a largo plazo, este tipo de sistemas ofrece menor riesgo de fallas, mantenimiento reducido y mayor durabilidad.
Flexibilidad y movilidad
- Cámaras WiFi: Son ideales si pensás moverlas de lugar, ampliar tu sistema o mudarte. Solo necesitás conectarlas a la nueva red.
- Cámaras cableadas: Una vez instaladas, su ubicación es fija. Cambiarlas de lugar requiere un nuevo trabajo de cableado, por lo que conviene planificar muy bien su ubicación desde el inicio.
Uso en interior y exterior
La elección entre cámaras WiFi y cableadas también depende de si las vas a usar en interiores o exteriores.
- Cámaras WiFi en interiores: Funcionan muy bien dentro de casas o locales donde la señal WiFi es estable y las distancias no son tan grandes. Además, son fáciles de mover o reubicar según tus necesidades.
- Cámaras WiFi en exteriores: Aunque existen modelos diseñados para resistir la intemperie, la señal inalámbrica puede verse afectada por muros, estructuras metálicas o malas condiciones climáticas, lo que podría limitar su desempeño. Se recomienda reforzar la red WiFi o usar repetidores si el área es muy grande.
- Cámaras cableadas en interiores: Son ideales para instalaciones permanentes donde se quiere registrar de manera continua y segura, sin preocuparse por interferencias o problemas de conexión.
- Cámaras cableadas en exteriores: Ofrecen la mejor estabilidad para vigilancia exterior, especialmente en zonas amplias o con múltiples puntos de acceso. Eso sí, requieren una instalación más compleja y protección adecuada de los cables frente a la lluvia, el sol y otros factores climáticos.
Conclusión: ¿cuál te conviene?
Si querés una instalación rápida, sencilla y contás con buena cobertura WiFi, una cámara inalámbrica puede ser una excelente opción. En cambio, si buscás estabilidad, seguridad robusta y necesitás cubrir áreas más amplias o críticas, las cámaras cableadas siguen siendo la alternativa más confiable.
En Crossover tenemos ambas opciones para que puedas elegir la que mejor se adapta a tus necesidades. ¡Pasá por el local y asesorate con nosotros!